Hobbiton, set de rodaje de El Señor de los Anillos (Matamata)

Si hay algo que ha ayudado a posicionar a Nueva Zelanda como uno de los destinos turísticos más codiciados, esto ha sido la filmación de la trilogía de El Señor de los Anillos en este país. Dirigida por Peter Jackson, esta saga de películas es una de las más exitosas de toda la historia: no sólo consiguió 17 premios Óscar sino que además las tres películas consiguieron entrar en el ranking de las 30 películas más taquilleras de todos los tiempos. Siendo este su éxito no es de extrañar que miles de turistas visiten este país cada año para descubrir los paisajes que Gandalf, Aragorn, Legolas y compañía recorrieron en las películas.
Una de las localizaciones más emblemáticas de la saga es Hobbiton, un pueblo de pequeñas casas excavadas en las verdes colinas de una montaña. En este pueblo, hogar de Frodo, Bilbo, Sam y compañía arranca la historia de El Señor de los Anillos y por este motivo resulta un lugar de visita imprescindible para todos los amantes de estas novelas de Tolkien.
Por supuesto Hobbiton no es un pueblo real, pero tras rodar allí El Señor de los Anillos decidieron dejar el set de rodaje como atractivo turístico de la zona. Hoy en día se puede visitar en uno de los diversos tours y experiencias que tienen preparados. Si eres un fan de la saga, Hobbiton es uno de los lugares que tienes que ver en Nueva Zelanda.
Parque Nacional de Tongariro

Lagos de color turquesa, fuentes termales y volcanes de cumbres nevadas. Un paisaje extraordinario y único que sólo encontrarás en el Parque Nacional de Tongariro. Este fantástico parque natural ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco no sólo por sus increíbles paisajes de belleza excepcional sino también por los elementos culturales maoríes que atesora.
En el centro de este parque podemos encontrar tres volcanes activos de imponentes dimensiones: el Tongariro, el Ruapehu y el Ngauruhoe. Estas y otras cumbres del parque son conocidas como tapus en maorí, lo que significa que son lugares sagrados en su tradición.
Una de las formas de descubrir y disfrutar de este parque en su totalidad es con la Tongariro Alpine Crossing, una ruta de montaña, con una duración de un día y que cruza el parque por algunos de sus puntos más emblemáticos.
Cuevas de Waitomo

Las cuevas de Waitomo no son unas cuevas convencionales… Además de las típicas (pero no por ello menos sorprendentes) estalactitas, estalagmitas y columnas que podemos encontrar en muchas cuevas de todo el mundo, estas cuevas tienen una peculiaridad muy espectacular: ¡Son luminiscentes!
Bueno, en realidad no es que las cuevas en sí mismas sean luminosas, esta luminosidad se la deben a su principal inquilino: el Arachnocampa luminosa, o como se conoce comúnmente: el glowworm (luciérnaga) de Nueva Zelanda. Se trata de una pequeña especie de mosquito que tanto en su fase de larva como en la fase de mosquito emite un pequeño brillo de origen químico.
Gracias a este mosquito las cuevas de Waitomo lucen como si tuvieran una bóveda llena de estrellas que además se reflejan en el pequeño río que transcurre por la cueva y por el cuál se realizan excursiones en barca. ¡Una experiencia única! Sin lugar a dudas, las cuevas de Waitomo no podían faltar en nuestro listado de lugares que ver en Nueva Zelanda.
The Papa National Museum (Wellington)

Wellington es la capital de Nueva Zelanda y parada imprescindible en nuestro viaje por este país. Se trata de una ciudad joven, multicultural y con mucho ambiente (sobre todo teniendo en cuenta que su población no llega a los 400.000 habitantes). Pero eso sí, también debemos avisarte de que es una de las ciudades con más viento de todo el mundo, no en vano han construido un cartel al estilo Hollywood, en el que las letras O y N parecen ser arrastradas por una ráfaga de viento.
En nuestro listado de lugares que ver en Nueva Zelanda no podía faltar el Te Papa National Museum, el principal museo de este país y posiblemente uno de los más interesantes del mundo. La entrada a este museo es gratuita aunque hay algunas exposiciones temporales para las que sí se cobra entrada. Vamos…que no te lo puedes perder.
Entre las curiosidades que podrás encontrar en este museo están:
- El espécimen conservado de calamar colosal más grande del mundo.
- La casa terremoto (para experimentar un terremoto de 6,6 en la escala Richter).
- La historia general de Nueva Zelanda, con especial interés en la cultura Maori.
- O la biodiversidad única de este país gracias a su gran colección de especímenes animales.
Milford Sound

Milford Sound, también conocido como Piopiotahi es uno de los principales destinos turísticos que ver en Nueva Zelanda. Se trata de un fiordo situado en el suroeste de la Isla Sur cuya belleza resulta indescriptible. De hecho, muchos lo consideran la octava maravilla del mundo debido a los impresionantes paisajes que ofrece a sus visitantes.
Este fiordo está situado dentro del Parque Nacional de Fiordland y su longitud supera los 15 kilómetros tierra adentro. Llama la atención los espectaculares acantilados que surgen de las aguas del fiordo y se elevan cientos de metros sobre la superficie del mar (hay zonas en las que estos acantilados tienen más de 1.000 metros de altura). Milford Sound se puede visitar de muchas maneras: cruceros turísticos, rutas de senderismo, piragua o incluso haciendo submarinismo, pero lo hagas como lo hagas, seguro que te va a gustar.
Si visitas Milford Sound durante días lluviosos, tendrás la suerte de contemplar el surgimiento de cascadas y saltos de agua en todas partes. Y esto no será difícil puesto que Milford Sound es una de las zonas más húmedas de Nueva Zelanda y las probabilidades de lluvia son altas. ¡No te olvides el chubasquero!
Parque nacional de Kahurangi

Este parque nacional es el segundo más grande de Nueva Zelanda, pero no sólo su extensión es llamativa ya que se trata de un lugar con mucho encanto y de una naturaleza soberbia. Debido a las condiciones de este parque se pueden desarrollar muchas actividades deportivas, desde la escalada, el rafting y los descensos de cañones, hasta actividades más tranquilas como el senderismo.
De hecho, el parque de Kahurangi alberga una de las rutas de senderismo más famosas de nueva Zelanda: The Heaphy Track, una ruta de 82 kilómetros que cruza el parque y que suele completarse en unos cuatro días. A lo largo de esta ruta hay cabañas, fuentes de agua y otras facilidades que hacen que sea un poco más accesible y llevadera.
Dentro de este parque nos cruzaremos con bosques milenarios, abruptas montañas, arcos de piedra, cuevas y ríos que te dejarán sin aliento. No es de extrañar que Peter Jackson decidiera grabar aquí diversas escenas de la saga El Señor de los Anillos.
Cathedral Cove

Si has visto Las Crónicas de Narnia es posible que la Cathedral Cove te suene de algo. Efectivamente, se trata del portal de entrada a Narnia que la familia Pevensie cruza al inicio de «El príncipe Caspian». Se trata de un extraordinario arco de roca rodeado de fantásticas playas que se encuentra en la península de Coromandel.
Para llegar a la Cathedral Cove tendrás que hacerlo andando, en barco o en kayak. Hay que tener dos cosas en cuenta a la hora de visitar este fantástico lugar. Lo primero es que al tratarse de un sitio turístico muy conocido es recomendable ir temprano por la mañana o al atardecer para no encontrarte con una gran cantidad de turistas. en segundo lugar, si quieres cruzar el arco tendrás que revisar las mareas para visitarlo en marea baja. ¡Un lugar imprescindible que ver en Nueva Zelanda!
Elephant Rocks

Este curioso lugar también ha sido escenario de un set de rodaje de las saga de Narnia. Y es que el paisaje de Elephant Rocks, de verdes colinas salpicado por grandes rocas grises, es bastante singular; tan singular como los procesos geológicos que lo han formado. Se trata de un manto de roca caliza que con el paso de los años se ha ido erosionando hasta que ha quedado únicamente aquellas partes que tenían una mayor dureza.
Pese a que las rocas de Elephant Rocks no tienen claramente la forma de elefantes; si las vemos desde la distancia gracias a su tamaño y su color, podríamos confundirlas con una manada de elefantes. Estas pueden llegar a medir hasta 10 metros de ancho y darse un paseo entre ellas es todo un clásico de la región. El parque es un parque privado para pastoreo, así que, aunque el acceso está permitido, es posible que en tu visita te encuentres a unas simpáticas ovejas como compañía.
Wai-O-Tapu

El área de Wai-O-Tapu en Nueva Zelanda es una zona de intensa actividad geotérmica. En la superficie es fácil encontrar fuentes termales, piscinas, fumarolas y géiseres activos que dan buena cuenta de lo que está sucediéndose bajo tierra. Todo Wai-O-Tapu impresiona, ¡pero no te despistes! caer en uno de sus lagos termales podría tener consecuencias fatales, ¡hay zonas a más de 100ºC!.
Entre las atracciones más curiosas de Wai-O-Tapu está el géiser de Lady Knox cuyas aguas alcanzan hasta los 20 metros de altura, la Champagne Pool, una piscina natural que recuerda a esta bebida alcohólica por sus burbujeantes aguas a más de 70ºC o la piscina de fango, un lugar en el que te aseguramos que no querrás caer.
Volcanes de Auckland

A pesar de que Wellington es la capital de Nueva Zelanda, Auckland es la ciudad más poblada y el motor económico del país. Se trata de una ciudad con una oferta cultural y de ocio muy amplia y si queremos visitarla es recomendable por lo menos dedicarle dos días para disfrutar de todo lo que puede ofrecernos. Una de las principales curiosidades de Auckland es que está construida alrededor de un campo volcánico con más de 48 cráteres. ¡Pero no temas! por suerte todos ellos están extinguidos.
Precisamente una de las actividades más recomendadas en Auckland es la de subir al Monte Eden. El más alto de todos los conos volcánicos de la zona rozando los 200 metros de altitud. En lo alto del volcán podremos observar unas vistas de la ciudad 360º y podremos dar buena cuenta del cráter del volcán que luce bastante apaciguado. ¡En definitiva, una excursión muy recomendada que no puedes perderte si visitas Auckland!
Oamaru: pingüinos y arquitectura victoriana

En Nueva Zelanda existen varias colonias de pingüinos, y el mejor sitio para observarlas es la costa de Oamaru, en Otago. En ella encontrarás lugares especialmente señalados para ver las dos especies de pingüinos típicas del país: el pequeño pingüino azul y el pingüino de ojos amarillos.
Para disfrutar de los pingüinos azules tenemos a pocos minutos de la ciudad la Colonia de Pingüinos Azules (Oamaru Blue Penguin Colony), un centro de interpretación situado en las cercanías de una colonia de estos simpáticos mamíferos, donde viven en libertad. Existen gradas para observarlos y no está permitido hacer fotos ni ruido. Todo sea por no incomodarles.
Si queremos ver a los exóticos pingüinos de ojos amarillos, una de las especies más raras del planeta y que podemos encontrar en los billetes de 5 NZD (los neozelandeses lucen como nadie las particularidades de su país), un buen lugar es Bushy Beach. En esta playa existen miradores para observarlos y no está permitido el acceso a las personas en las horas en las que estos animales regresan del mar, lo cual es comprensible al tratarse de una especie amenazada y de la que solo existen alrededor de 6000 ejemplares.
Para no llevarse una decepción es bueno tener en cuenta que el número de pingüinos varía según la hora del día y la época del año. El mejor momento para observarlos es poco antes del atardecer y en los meses de verano (de diciembre a febrero en Nueva Zelanda, ¡no lo olvidemos!).
Después de haber disfrutado del lado más natural de Oamaru, vale la pena visitar su ciudad, que ostenta el mayor número de edificios victorianos de Nueva Zelanda. Se puede recorrer en solo una hora mientras admiramos la piedra blanca que reluce con el sol en sus construcciones. Entre ellas destaca la Fábrica de queso de Whitestone, una parada obligatoria para los amantes del queso. ¡Ofrece una cata gratuita, así que no hay excusa para perdérsela!
Glaciar Franz Josef

Con el nombre del emperador austríaco, este imponente glaciar de 12 km en la costa Oeste de la Isla Sur es la opción ideal para vivir una aventura de la edad del hielo. Junto con el glaciar Fox, es uno de los más importantes del país. Se puede acceder a él con facilidad en cualquier época del año, y podemos realizar el recorrido a pie o en helicóptero.
A pie, desde la carretera que une el pueblo del mismo nombre, son solo dos kilómetros de recorrido entre montañas y bellas cascadas hasta llegar a la lengua terminal del glaciar. Los más deportistas pueden realizar excursiones de escalada sobre el hielo.
El recorrido en helicóptero es la opción más exclusiva (el precio está en torno a los 400 NZD) y la más aconsejable para apreciar y disfrutar plenamente el glaciar si se dispone de suficiente dinero. El vuelo nos regala vistas impresionantes de este paisaje desde las alturas y permite un trekking de dos horas y media por lo más alto del glacial, donde encontraremos numerosas cuevas azules en las que introducirnos que nos harán sentir en un verdadero reino de hielo.
Desgraciadamente, por el calentamiento global, el glacial se encuentra actualmente en retroceso. Así que, mientras podamos, no hay que dejar de disfrutar de estos paisajes que nos regala la naturaleza. Pero eso sí, en este caso, ¡bien provistos de abrigo!
Si Milford Sound te llamó la atención, pero navegar no es lo tuyo. No te puedes perder esta oportunidad. Coge un avión y sobrevuela el lago y sorpréndete con las vistas áreas de este gigantesco glaciar.
Christchurch

Christchurch es la tercera ciudad más grande de Nueva Zelanda después de Wellington y Auckland. Sus calles mezclan con eclecticismo historia y contemporaneidad.
Entre 2010 y 2011 se produjeron una serie de terremotos que destrozaron buena parte de los edificios del centro histórico. Sin embargo, la ciudad ha sabido reponerse y poco a poco vuelve a ser lo que era.
Hay varias cosas que hacer en esta ciudad de gran herencia inglesa y para todos los gustos, como irnos de tiendas y cafés por el complejo comercial de Re:START; realizar visitas culturales al Museo de Canterbury o a la catedral neogótica de Christchuch (actualmente conocida como «Catedral de cartón» por el material en el que se construyó tras el terremoto como sustitución temporal hasta su entera reconstrucción); pasear por el río Avon, que se desliza por el centro de la ciudad; o maravillarnos con la naturaleza del Parque Natural Orana, del Port Hills, del Hagley Park, de sus Jardines Botánicos, de las llanuras de Canterbury y de los Alpes sureños.
Sin duda este lugar es magia pura y crees que no puede ser mejor. Pues súmale un avistamiento de ballenas y delfines aquí y hazlo aún mejor ?
Blue Pools Track

Uno de los múltiples tesoros escondidos de Nueva Zelanda son las Blue Pools Track, unas piscinas naturales con unas aguas de un irreal color turquesa que proceden de los glaciares y que encontramos en el transcurso del río Makarora. No podrás resistirte a sumergirte en sus cristalinas profundidades, ¡así que es mejor que tengas preparado el bañador y la toalla! Eso sí, la temperatura del agua no es apta para frioleros, ya lo advertimos.
Por otro lado, el paisaje por el que pasa el río, ubicado en un exuberante bosque de hayas, también merece la pena visitarse por sí mismo.
Lago Tekapo

Si antes hablábamos de la belleza de las aguas de las Blue Pools Track, las del lago Tekapo, no se quedan atrás. Al igual que las piscinas del río Makarora, el lago Tekapo también tiene ese característico color turquesa debido a los minúsculos pedazos que quedan suspendidos en el agua de blanquecina roca molida por la fuerza erosiva de los glaciares.
El mejor momento para apreciar la belleza de este lago es en plena primavera, en noviembre, cuando florecen las violáceas flores de altramuz, que aportan un singular toque de color en este paisaje con místicas montañas nevadas de fondo que hará las delicias de cualquier fotógrafo.
Y por si esta estampa no fuera lo suficientemente hermosa, en las cercanías del lago nos encontramos con la Iglesia del Buen Pastor (Church of the Good Shepherd), construida en 1935 por las familias pioneras en el distrito y muy solicitada para bodas.
Pero el lugar no solo merece la pena por su belleza paisajística, sino porque es un importante punto de observación astronómica en Nueva Zelanda. No por nada, en maorí el nombre del lago significa «estrella bajo el cielo». Por eso, si tienes la oportunidad, merece la pena pasar aquí una noche y observar las estrellas en el observatorio astronómico que ofrecen no muy lejos de la zona.
Parque nacional del Mount Cook

Otro de los sitios imprescindibles que ver en Nueva Zelanda es el Parque Natural del Mount Cook. En él se encuentra el pico más elevado de Nueva Zelanda, el Mount Cook, también conocido como Aoraki, uno de los hijos del Padre Cielo que fue convertido en piedra junto a sus hermanos, según la leyenda maorí. Con 3.754 m de altura, cuentan que sirvió como entrenamiento para el alpinista Sir Edmund Hillary antes de escalar el Himalaya.
Desde el centro de visitantes pueden realizarse varias rutas. La mejor de ellas es la Hooker Valley Track, una ruta de tres horas entre ida y vuelta que llega hasta las faldas de Mount Cook y en la que nos encontraremos puentes colgantes e imponentes miradores.
En el parque también puedes disfrutar de baños termales, practicar deportes de nieve en glaciares como el de Tasman y, si eres atrevido, ¡escalar el propio Mount Cook!
Kaikoura

Kaikoura es un pueblecito costero situado en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Se trata de una visita obligatoria para todos los amantes de los animales que quieran verlos en su hábitat natural, como ya proponíamos con los pingüinos de Oamaru. Este lugar es conocido sobre todo porque en él pueden avistarse ballenas, con viajes en barco que zarpan varias veces al día, pero sobre todo es singular porque ofrece la posibilidad de nadar con focas.
Muy pocos lugares en el mundo nos permiten disfrutar de un número tan elevado de focas en su habitat natural, ¡por eso no deberíamos dejar pasar la ocasión! Eso sí, el agua está muy fría, a no más de 18o, por lo que es necesario un traje de neopreno para nadar como uno más de estos mamíferos.
Pero también es un lugar que cuenta con restaurantes, cafés y tiendas que podemos visitar y con un hermoso paisaje de agrestes montañas.
Este es uno de los mejores lugares para ver a los gigantes del océano y tu no puedes perdertelo. Súmate a la aventura, nada con delfines y mira a las ballenas pasar a tu lado aquí ?
Bay of Islands

Situada en la Isla Norte, Bay of Island se compone nada más y nada menos que de ¡144 islas! Algunas de ellas están deshabitadas y otras cuentan con pequeños pueblos de importante significación histórica que merece la pena visitar. En una de estas islas se encuentra Russel, pueblo donde tuvo lugar el primer asentamiento europeo de Nueva Zelanda y que fue la primera capital del país; y en otra isla tenemos Waitangi, donde se firmó el importante tratado de paz entre Reino Unido y los jefes maoríes, que reconocía
a los maoríes como iguales a los británicos en su condición de súbditos de la corona inglesa. Y para deleitarnos a nivel paisajístico contamos con islas como Kerikeri, donde se encuentran las Rainbow Falls, unas espectaculares cataratas.
También puede realizarse un crucero por la hermosa bahía o animarse a nadar con los delfines que hay sus aguas. ¡Desde luego, todos los planes son insuperables!
Recorre este lugar con los que más sabeny súmate a una aventura de la que no te vas a arrepentir en tu vida aquí
Cataratas de Huka

Las Cataratas de Huka se encuentran en la Isla Norte de Nueva Zelanda, en Taupo. Provienen del río Waikato y son un hermoso ejemplo de la potencia hidráulica, con más de 220.000 litros de agua descendiendo por segundo a una altura de ocho metros.
Alrededor de las cataratas se encuentran varios puntos con vistas panorámicas en los que puedes disfrutar de toda la belleza de las cataratas y hacer hermosas fotografías.
También puedes seguir el desarrollo del río Waikato hasta llegar a las cataratas en una sencilla caminata de una hora por la exótica vegetación nativa que se inicia cuando el río aún está tranquilo.
Parque Nacional Abel Tasman

Aunque es el más pequeño de Nueva Zelanda, el Parque Nacional Abel Tasman merece ser visitado sin duda. Con el nombre del primer europeo que llegó al país de la Nuble Blanca, en este parque situado en el extremo norte de la Isla Sur se mezclan paradisíacas playas vírgenes de arena dorada con exuberantes bosques.
Si lo tuyo es el senderismo, existen trekkings de diferentes días de duración que permiten pernoctar en algunas zonas del parque. A lo largo de los distintos recorridos iremos encontrando pequeñas maravillas como la Piscina de Cleopatra, arbustos de flores blancas, puentes colgantes y un gran número de miradores que nos permiten observar desde lejos la costa del parque, donde la frondosa vegetación casi toma contacto con el agua.
Si prefieres los deportes acuáticos, estás en el lugar perfecto. Aquí encontrarás motos acuáticas, kayaks… Otra de las actividades más comunes es navegar en barco por las diferentes playas de Abel Tasman, ya que sería imposible recorrerlas a pie en solo un día.
Pero no podríamos hablar de verdadero Parque Natural si en él no existieran animales. En el Abel Tasman nos encontraremos con una variedad de kiwis gigantes, los wekas, entre otra fauna local.
Lago Wakatipu

Este lago interior de la Isla Norte es un auténtico paraíso para practicar el deporte de aventura debido a su belleza. Se trata del tercer lago más grande de Nueva Zelanda, aunque es el más alargado. Envuelto por una cadena montañosa de formas irregulares, tiene al monte Earnslaw (2.819 metros) como cumbre más elevada. El Lago Wakatipu es una parte clave de la antigua tradición maorí, hasta el punto de que los ancestros de los actuales maoríes aseguraban que un monstruo gigante vivía en sus aguas. Su creencia se basaba en el cambio de altura del agua, que cada 10 minutos sube y baja.
Lago Taupo

Los 616 km2 del lago más grande del país se localizan en el centro de la Isla Norte. Esta fotografiada masa de agua debe su singularidad a la presencia del volcán Taupo, con 26.500 años de antiguedad. Sus riberas acogen los pueblos con encanto de Turangi, Taupo y Kinloch, dedicados al turismo y a la pesca de la trucha. Una de las excursiones que nadie debería perderse es la del conocido como ‘Volcanic Loop’, una ruta en la que se puede contemplar el monte Ruapehu, el monte Ngauruhoe y el el monte Tongariro. Los parques forestales Whirinaki y Pureora encantarán a los amantes del senderismo.
Rotorua

Esta idílica ciudad se encuentra al norte de Nueva Zelanda y su nombre se debe al gran lago que posee, uno de los más espectaculares en todo el país. Es una ciudad tan visitada, que el turismo es el motor principal de la misma. Además de por su conjunto de lagos y su actividad geológica, destaca por las leyenda o historia que la envuelven. Una de ellas es la de Hinemoa y Tutanekai, que seguro habrás leído ya en nuestra web. Sin duda alguna, Rotorua es uno de los lugares en los que te podrás empapar de toda la cultura maorí.
Pancake Rocks

Uno de los lugares qué ver en Nueva Zelanda más curiosos, su nombre viene por la extraña forma de las rocas que forman este conjunto geológico. Se sitúan junto al mar, algo que hace todavía que este lugar sea más especial. Podrás visitar este paisaje desde el pequeño pueblo de la Isla Sur de Nueva Zelanda conocido como Punakaiki. Su aspecto es tremendamente curioso ya que parecen una montaña de tortitas típicas de cualquier cocina estadounidense. Sin duda alguna, las Pancake Rocks son el reclamo perfecto, pero el camino hacia ellas es igualmente bello.
Monte Taranaki

La figura más destacada dentro del Parque Nacional Egmont, situado en la parte norte del país. Es en realidad un volcán que lleva inactivo varios años, pero que ha emitido alguna actividad mínima. Si eres fan de Tolkien, este monte te resultará tremendamente popular ya que fue llevado al cine en la película del «Hobbit». En ella, el Monte Taranaki era la famosa Montaña Solitaria, el hogar de los enanos y morada del dragón Smaug el Terrible. Como podrás comprobar, Nueva Zelanda está llena de lugares mágicos como este monte.
Playa de Koekohe

Lugar dónde podrás encontrar otras curiosas rocas, además de otros muchos atractivos para visitarlos. Estas legendarias piedras, son el resultado de más de sesenta millones de años de cambios climáticos y geológicos en la tierra. Son tan lisas y redondeadas, que parecen gigantescos huevos de algún animal. Si quieres tener unas fotografías únicas y curiosas, los «huevos de dragón» de la playa de Koekohe son tu mejor opción.
Wanaka

Un lugar sobrecogedor qué ver en Nueva Zelanda, decimos sobrecogedor porque es una imagen que impacta bastante por su belleza. Wanaka, está situado a unas dos horas de coche de la ciudad de Queenstown. El pueblo no es muy interesante, ya que es bastante pequeño, lo realmente importante es el entorno natural que lo rodea. El lago de Wanaka es una postal de película y en ella destaca sobre todo la imagen de un árbol solitario. Esta figura se ha convertido en algo tan popular que tiene su espacio en redes sociales y es conocido como «Wanaka Tree».
Lago Pukaki

Como habrás podido comprobar tras leer este artículo sobre los lugares qué ver en Nueva Zelanda, en este país abundan los lagos de bella factura. Sin duda alguna, el Lago Pukaki es uno de los más bonitos de todos. Este preciosa Lago se encuentra a solo dos horas de Wanaka, el pueblo del que te hemos hablado anteriormente, y sus aguas que se tiñen de un turquesa irreal te dejarán sin aliento. El color de este lago obedece a los minerales de la tierra que lo rodea.
Karekare Falls

Muy cerca de la ciudad más grande de Nueva Zelanda, Auckland, se encuentran las cataratas Karekare. Su caída de treinta metros, hacen de esta cascada un lugar muy especial e impactante. Como hemos comentado, es un auténtico espectáculo de la naturaleza que podrás encontrar a tan solo cincuenta minutos de Auckland.
Cabo Reinga

El punto más septentrional del país que está al alcance del hombre. Como ya te imaginarás en un lugar tan especial, hay muchos detalles que no podrás dejar de ver. Uno de ellos es el efecto que se produce cuando se unen las corrientes provenientes del Océano Pacífico y el mar de Tasmania. Además de este espectáculo, serás testigo de uno de los símbolos de la cultura maorí y es un árbol centenario que según la mitología acoge a los espíritus de los muertes que quieren ir al más allá.
Nelson

La ciudad de Nelson se encuentra ubicada en la isla sur y es reconocida por ser el lugar más soleado del país oceánico. El paisaje es de ensueño y en la región se pueden realizar todo tipo de actividades. Desde senderismo, ciclismo o paseos en kayak hasta tomar largos baños en las playas de agua turquesa que la rodean. Además, es el acceso a tres parque nacionales lo que hace que su entorno sea variado y para distintos gustos. El Parque Nacional Kahurangi, el Parque Nacional Abel Tasman y el Parque Nacional de los Lagos Nelson son tres de las opciones que podrás visitar si se te ocurre darte una vuelta por Nelson. Pero no solo eso, ya que también es una región rebosante de arte y cultura. En gran parte se destaca por su artesanía, estudios y galerías de arte y festivales, como el Festival de Las Artes de Nelson.
Una de sus actividades más destacadas es el MarchFest, festival de cerveza artesanal y música en vivo realizado a comienzos de Marzo y que en 2018 tuvo su mayor éxito con una cifra de 4.000 visitantes. ¿Qué hace a este festival diferente? Pues una de sus características es que todas las cervezas exhibidas son elaboradas especialmente para el evento, lo que hace muy exclusiva la degustación de cualquiera de los productos allí presentados. Cabe destacar que Nelson cuenta con más cervecerías artesanales por habitante que cualquier otro país. Así que ya lo sabes. Nelson es para todos. ¡No te lo puedes perder!
Isla Waiheke

Si vas a Auckland y buscas un escape, Waiheke es ideal para ti. La isla se encuentra a tan solo 40 minutos de la ciudad. Solo debes elegir un ferry de las tres rutas que operan este viaje -y que brindan en total 48 viajes al día- para lograr así un pequeño descanso de la metrópoli. Una vez que pisas la isla se pueden utilizar buses o taxis para recorrerla, o si tienes más energías y ganas de conocer, arrendar una bicicleta de montaña o un auto. Puedes llevarlos en el ferry en caso que ya hayas contratado ese servicio.
En Waiheke podrás presenciar hermosas vistas y pasear por las ferias y locales de artesanías, además de disfrutar de sus playas de arena blanca como Oneroa, Onetangi y Palm Beach, perfectas para un fresco baño y realizar un picnic a las orillas del Golfo de Hauraki. También aprovechar los senderos que circundan la isla, que cruzan algunos bosques nativos y acantilados perfectos para fotografiar. Otro de sus atractivos es la degustación de vino local junto a un paseo por alguna de las doce viñas que existen en la isla. Toda una delicia.
Marlborough Sounds

Para recorrer estos fiordos solo debes subir a un ferry que te llevará desde Wellington hasta Picton. Pasarás por montañas, pequeñas islas y algunas solitarias playas. También podrás realizar paseo en kayak o recorrer los frondosos bosques. Naturaleza es todo lo que te entrega Marlborough Sounds. Tres estrechos son los que componen el área : Queen Charlotte, Kenepuru y Pelorous, y se encuentran a cargo del Departamento de Conservación que, además, administra otras 50 reservas dentro del parque.
En este lugar también podrás encontrar varios senderos, con caminatas de baja y alta exigencia. Cinco de ellos se pueden recorrer en bicicleta de montaña. Uno de los trekkings más conocidos es el Queen Charlotte Track, sendero de 70 kilómetros que cuenta con alojamiento y restaurantes durante el recorrido. Otras actividades que se realizan mucho en la zona son el buceo, el avistamiento de delfines y focas y la pesca. Cabe destacar que el 75% del salmón de cultivo proviene de este fiordo. Havelock y Picton son los principales pueblos más cercanos de Marlborough Sounds, sitios donde puedes partir tu aventura.
Lago Matheson

Imagina dar un tranquilo paseo por la orilla del lago y de pronto tomar la fotografía más bella que hubieras hecho antes. Pues eso hace el lago Matheson. Su tono marrón oscuro brinda una superficie reflectora que permite que dos de las más altas cumbres de Nueva Zelanda, Monte Cook y Monte Tasman, se reflejen en sus aguas como un espejo. Toda una obra de arte. Si bien su playa principal es pequeña, tiene sus atractivos. Es un lugar especial para quienes les guste la natación o realizar pesca de truchas al amanecer. También es seguro y perfecto para un paseo familiar ya que cuenta con senderos de corto alcance y bien señalizados.